Como militantes, desde nuestro espacio de realización cotidiana debemos rememorar ese día no sólo desde el simple recuerdo. Durante estos años hemos trabajado, y debemos seguir en ese camino, para construir una profunda vocación militante en nuestro movimiento, que defienda los intereses de los que menos tienen y que construya los canales de realización de la justicia social tan anhelada en aquellos días de 1972.
Fue el movimiento nacional organizado el que permitió que después de años de persecuciones, fusilamientos y proscripciones, se pudiera intentar nuevamente la realización de un país soberano y equitativo. Las diferentes circunstancias políticas posteriores, llevaron a que ese proyecto nacional no pudiera ser concretado.
Los argentinos tuvimos que padecer décadas de neoliberalismo, de destrucción de la industria nacional y la cultura del trabajo, de dirigentes políticos alejados del pueblo y sometidos a las recetas de los organismos financieros.
Desde la llegada de Néstor Kirchner al poder en el 2003 y a partir de 2007 con Cristina Fernandez de Kirchner, volvimos a creer en la política como una herramienta de transformación y a la militancia como una tarea cotidiana e incansable para tender la mano solidaria a nuestros hermanos, para romper con la hegemonía del individualismo y el "no te metas".
Podemos hablar de un nuevo retorno, esta vez de la política y la militancia. Se volvió a un país donde la acción pública ordena la acción privada, donde las políticas públicas son estratégicas y conducen, donde el Estado marca rumbos.
Volvió también la política como el lugar del debate y la acción acerca del modelo de país, volvió por lo tanto la militancia a la que la "posmodernidad" le había puesto fecha de defunción. Cuando todo era video clip, fin de las ideologías, imagen y desprecio hacia la política un nuevo pacto social emergió y nos coloco como país en el debate interno acerca de la historia, el presente y el futuro de la patria.
Volvió entonces la militancia, irremplazable a la hora del debate y la movilización, esa militancia que hizo grande este país, desde las épocas de la independencia hasta nuestros días; son en definitiva los argentinos que con voluntad y visión colectiva ponen el cuerpo y el alma los garantes de que exista una patria para todos.
La oposición también debería estar agradecida de la reaparición de la política; si hoy puede hablar y hablar es porque la discusión política en la Argentina tiene sentido a partir del 2003, antes la verdadera discusión estaba en los "think tank" económicos o en los organismo de crédito multiraterales, agotándose la discusión de los dispositivos políticos a la elección de candidatos.
Una oposición que no representa su caudal de votos del 2007 sino que se dedica solamente a golpear sitemáticamente al gobierno y al orden institucional existente producto de 25 años de democracia ininterrumpida. Solamente preocupados en destruir, desgastar, quebrar, perjudicar, debilitar a Cristina y su gobierno.
¿Y las propuestas?
Será que no le pueden contar a la sociedad su verdadera propuesta y programa, será que se parece demasiado al que llevó a la Argentina al desastre, al 57% de pobreza, al default, será que sus intereses son tan mezquinos y elitistas que no pueden blanquear sus intenciones. Será que los junta el interés concentrado de pocos.
Hoy y como a lo largo de la historia, como dijo Néstor Kirchner en su discurso del 17 en la Quinta de San Vicente "debemos reafirmar los valores de justicia, equidad e inclusión de nuestro gobierno. Que el general Juan Perón esté tranquilo y nuestra querida Evita también, porque estamos convencidos del rumbo y la profundización del camino."
Repensar aquel 17 de noviembre hoy significa redoblar los esfuerzos para que esa patria de la Igualdad y la Justicia Social sea posible.
Nos debemos ese compromiso, en honor a todos los que lucharon en aquellos años, pero también en honor a los muchos compatriotas que aún hoy buscan un lugar en este país para todos que estamos construyendo. Todavía falta mucho por hacer. Ofreciendo cada día nuestro compromiso militante, construiremos lo que falta.
Texto de Esteban Concia, Publicado en Diario Bae y El Argentino*