El golpe del 24 de marzo de 1976, trajo una secuela de más de 30.000 desaparecidos y más de 8.000 prisioneros políticos, casi una generación de trabajadores, estudiantes y profesionales, entre los que se podían contar periodistas, sindicalistas y hasta científicos…, muchos de ellos verdaderos cuadros políticos, de allí el miedo a la participación por largo tiempo. Un aumento de la pobreza sin precedentes, por concentración de la riqueza en muy pocas manos; una deuda externa sin justificativos, que superó los 45.000 millones de dólares; el cercenamiento de todos los derechos constitucionales, entre ellos los sindicales, como el de huelga, con aplicación de prisión de hasta seis años. Pero lo que es peor aún, se llegó a fusilar alevosamente a grupos de huelguistas; turbios negociados con bienes productos de secuestros, pedidos de coimas para la liberación de “prisioneros subversivos económicos”, terminología empleada por los genocidas, y lo que es peor aún, el robo y posterior venta de bebés, que se calculan por más de un centenar, nacidos de madres secuestradas, que luego eran ejecutadas, y que hoy, gracias a la labor incansable de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, algunos de ellos, más de 80, lograron recuperar su verdadera identidad. Un intento de guerra por el Canal de Beagle, con el hermano país de Chile, que también padecía la peor de sus dictaduras; la fallida recuperación de nuestras Islas Malvinas, con una secuela de jóvenes muertos en combate en inferioridad de condiciones; gastos en contracampañas internacionales para tapar las flagrantes violaciones de los derechos humanos, antes, durante y después del Mundial de Fútbol; y tantas otras atrocidades que resultaría muy largo enumerar. Todo esto acompañado de una inusitada censura por parte de los medios de comunicación, o bien una especie de “autocensura obligada”, sin precedentes en la historia de nuestro país.
Todas estas necedades no hubieran sido posibles sin la venia del “amo del norte” y los acuerdos entre gobiernos y ejércitos golpistas del cono sur; la colaboración de las multinacionales y la Sociedad Rural Argentina, que aportó un nieto de su fundador, el ministro Martínez de Hoz y otro secuaz, como el secretario de agricultura Zorreguieta, padre de la Princesa de Holanda, y el silencio cómplice de otras entidades agrarias y empresariales. Los silencios y evasivas de las jerarquías de la Iglesia y otras religiones, con colaboración directa de alguno de sus miembros; el fracaso de la “vieja política” manejada por las corporaciones económicas, que no supo dar respuestas en los momentos difíciles; otros políticos fracasados, recurrentes a golpear puertas de cuarteles, los que luego aparecieron abrazados con los genocidas, los “puestistas” carentes de dignidad, los que permanecieron atornillados al sillón de intendente, a pesar de las disoluciones de los cuerpos representativos de los pueblos como los concejos deliberantes y los tribunales de cuentas y todavía hoy quieren aparecer como “abanderados de la democracia”; y los que siempre hicieron la suya, sin importarles la suerte corrida por los demás….
Ha transcurrido bastante tiempo, más de 20 años de democracia sin interrupción, y parece inaudito, pero todavía existen algunos, que consciente e inconcientemente, están interesados en volver a un país para pocos, y añoran esa nefasta época, aunque eviten decirlo. Prueba de ello, se vio reflejado en el mal llamado “conflicto del gobierno con el campo”, ya que a pesar de que los medios interesados hablan de un enfrentamiento campo-gobierno, se trata de un conflicto, que lleva más de un año, a pesar de las concesiones efectuadas por el gobierno, orquestado y originado por las grandes patronales agrarias y liderado por los “cuatro jinetes del apocalipsis sojero”; y digo patronales, ya que los peones, en su gran mayoría no registrados, aparecen como “convidados de piedra”; y también me refiero a “grandes sojeros” porque los productores dedicados a la cría de ganado, los tamberos, los apicultores, los agricultores conscientes que efectúan rotación de cultivos, al igual que los pertenecientes a las economías regionales, como los yerbateros de Misiones, los cañeros de Tucumán, los algodoneros del Chaco, los maniceros de Córdoba, los horticultores y productores de frutas de diversas provincias, los criadores de cabritos en Santiago… se ven fuertemente perjudicados por el avance desmedido del “monocultivo de soja”, y no se hallan representados cabalmente por la denominada “Mesa de Enlace”, sino que utiliza sus reclamos y sólo pretende eliminar las retenciones a la soja, que es lo que en definitiva le interesa.
En el apogeo del conflicto, dejando de lado a Cecilia Pando y su minúsculo grupo, que lo hace por una cuestión ideológica golpista y en defensa de los genocidas; se le sumaron las “cogotudas” de Barrio Norte y Caballito, con sus cacerolas de teflón; gran parte de la prensa liderada por el monopólico “Grupo Clarín” y algunos otros, también con velados intereses golpistas, haciendo un intento para desestabilizar a un gobierno elegido por más del 45 por ciento de los votos. A estos, se plegaron, con más énfasis últimamente, debido a que se trata de un año electoral, opositores que no cuentan con propuestas genuinas y creativas; algunos fabricantes de maquinarias agrícolas, comerciantes de los pueblos y transportistas de cereales entre otros, que subestimando la crisis mundial, creen que la salvación está en liberar de retenciones a la soja, lo cual terminaría favoreciendo el monocultivo y haría desaparecer todas las otras producciones, ya que su avance inusitado a pesar de las trabas impuestas así lo demuestra. Además de traer serias consecuencias, como la degradación de la tierra, la desaparición de recursos renovables, la exterminación de la flora y la fauna, la contaminación del agua y los perjuicios a la salud de las poblaciones por el uso del glifosato y otros pesticidas, la desaparición de fuentes de trabajo, la falta de inversiones, la acumulación de la riqueza…, provocaría un éxodo rural sin precedentes, incluyendo la desaparición de algunos pueblos del interior. Esto si bien contó con el apoyo apresurado de algunos gobernadores e intendentes, que veían disminuir sus ingresos momentáneos, con el transcurso del tiempo fueron tomando conciencia, y además con la vigencia de la acertada medida del Gobierno Nacional de coparticipar a sus gobiernos con las retenciones provenientes de la exportación de soja, paulatinamente van modificando sus posturas, ya que obtienen una buena parte de esos recursos, para ser destinados a obras de infraestructura para las provincias, y dentro de ellas las ciudades, pueblos y colonias.
Con la vuelta a la democracia, a pesar de haber atravesado por la “obediencia debida” y los “indultos” que nada aportaron a los reclamos de justicia; en estos últimos tiempos, con la depuración de la Corte Suprema de Justicia y la incorporación de figuras capaces y de intachables conductas, la implementación de una verdadera política de derechos humanos, sumando a ello, los aportes respectivos para dotar a los jueces de los elementos necesarios para la aceleración de los juicios, los genocidas están siendo condenados por la justicia como corresponde.
Paralelamente a ello, se le suman el cumplimiento de otras reivindicaciones populares como lo son: la reconversión de una economía de especulación en un modelo productivo de inclusión, que disminuyó la desocupación y por ende la pobreza; el recupero de los aportes previsionales para los jubilados y pensionados, con la estatización de las AFJP, dando un duro golpe al poder financiero, con incrementos a las jubilaciones y pensiones, en marzo y setiembre de cada año, por medio de la ley de movilidad, y como si esto fuera poco, un aporte extra a fin del año pasado para todos ellos. La cancelación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y el canje de la deuda externa con importantes quitas de capital e intereses, a los fines de destinar esos recursos a paliar las consecuencias derivadas de la más grande crisis internacional; la acumulación de reservas del Banco Central, con crecimiento del Producto Bruto Interno; la implementación de una clara política de equidad y de distribución, acompañada con rápidas medidas destinadas a paliar las consecuencias de la crisis, priorizando el mantenimiento del empleo, la producción y el consumo; el mantenimiento de las negociaciones entre empresarios y trabajadores a través de paritarias, con aumentos de salarios y el sosteniendo los puestos de trabajo, a los fines de evitar disminuir el consumo; el recupero del rol del Estado, con la vuelta al mismo de Aerolíneas y la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba, el Canal Encuentro, el correo, la construcción de autopistas y otras obras públicas, con inversiones en mejoras de los astilleros y algunos ramales ferroviarios; la reforma del régimen del impuesto a las ganancias, aumentando el mínimo no imponible para los trabajadores en relación de dependencia, beneficiando claramente a los sectores de clase media; la articulación de políticas de intercambio y desarrollo con países vecinos, compartiendo un liderazgo de integración con casi todos los países de América Latina, reforzando el Mercosur, donde se mantienen rondas de consultas permanentes y creando Unasur, de donde partieron decisiones históricas como el apoyo al gobierno democrático de Bolivia y la reinserción de Cuba dentro del bloque. Y partiendo de la idea de que siempre fuimos ignorados por el primer mundo, salvo para servirle a su conveniencia, hoy somos consultados por países europeos que integran el G 20 y los Estados Unidos, por nuestras posturas ante la crisis internacional y el papel que deben jugar los organismos internacionales de créditos…, para enumerar algunos logros de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner; y como si esto fuera poco, la presentación de la indispensable Ley de Medios Audiovisuales de la Democracia, con el análisis previo y la discusión de todos los interesados, que remplazará a la vieja Ley de Radiodifusión de la última dictadura militar. La sanción de esta nueva ley, partiendo de que “el derecho a la comunicación constituye un derecho humano fundamental…”, viene a significar un cambio importante en materia de radiodifusión, ya que el control de la información en manos de unos pocos, con la exclusión de importantes sectores de la población a la radio y la televisión, resulta inadmisible.
A pesar de estos logros, inéditos en la historia argentina, todavía hay sectores que añoran volver a las consecuencias de aquel nefasto golpe de estado, con la insinuación de la instalación de la pena de muerte, el ocultamiento de la verdad y la tergiversación de la información por parte de las corporaciones mediáticas. Otros que comparten esa añoranza, y que si bien tratan de ocultarla, aunque a veces se le escapan algunas expresiones, como el caso de un integrante de la Mesa de Enlace, son los grandes terratenientes que cuentan con el asesoramiento y apoyo de conocidos colaboradores de la dictadura, y constituyen la nueva “oligarquía sojera”. Se suman a ellos, los grandes “pooles de siembra”, que arrasan con todo, y otros “rentistas sojeros”, que permanecen a la orilla de las rutas sin trabajar, reclamando por la suspensión de las retenciones a la soja y por ende, manifestándose en contra de la distribución de parte de esas mayores ganancias extraordinarias; todos amparados por el monopolio de los medios de comunicación y algunos fracasados economistas del pasado. Como no podía ser de otra manera, ante la falta de un proyecto propio, se pliega irresponsablemente todo el arco político opositor, efectuando propuestas e insinuando recetas, que implican una clara vuelta a las políticas neoliberales de exclusión, que fracasaron en todo el mundo, cuya mejor prueba visible de ello, la constituye el origen de la grave crisis internacional, sin precedentes en la historia.
Ante este panorama bastante claro, en que por un lado existen sectores que añoran el regreso a las fracasadas políticas neoliberales, al cual se le acopla casi todo el arco político opositor, contestatario y cambiante, que automáticamente borra con el codo lo que escribe con la mano, totalmente carente de propuestas de gobierno, no sólo para palear la crisis internacional, que aparentemente nos va a acompañar por un largo tiempo más, sino también para la implementación de un modelo alternativo de país para todos; y por el otro, un Gobierno Nacional que responde a un proyecto nacional y popular, que impulsa un modelo de desarrollo con inclusión social, crecimiento y sustentabilidad; que cuenta con pocos aliados políticos, pero entre ellos el más importante de todos, que es el genuino y decidido apoyo del pueblo, para la generación y puesta en práctica de propuestas claras, coherentes y viables, tratando de amortiguar al máximo, los efectos de la crisis internacional; la opción para los que anhelamos un país sin exclusiones, con un gobierno que interprete la voluntad popular y beneficie a todos los argentinos, es avanzar en el apoyo a la profundización de este proyecto nacional y popular…..
Realdo Santiago Gastaldi
Referente Provincial del Movimiento de Unidad Popular y
Referente Departamental del Frente para la Victoria