Es nuestra convicción decir que la solidaridad y el homenaje deben darse, no solo en los caminos de la reflexión profunda sobre las causas que llevaron a los hechos que cobró la vida de casi setecientos de ellos, sino también en los de la denuncia continua y permanente hacia los precursores y ejecutores de esta guerra criminal y genocida.
Son de público conocimiento las causas que llevaron a las cúpulas de la última dictadura cívico-militar a tomar la decisión de entrar en guerra con Inglaterra, como son conocidas las excusas que inventaron para hacerlo. El patriotismo de nuestro pueblo, herido por los intereses coloniales de una potencia mundial decadente, fue manipulado por estos personeros del terror y la entrega de la Patria, con el fin de acallar la intensa y abnegada labor de los organismos de Derechos Humanos, así como las distintas organizaciones que les fueron a la saga y la voz colectiva de todo un pueblo que bregaba por la recuperación de las libertades democráticas y la aparición de aquellos militantes, mayormente jóvenes, que habían sido secuestrados y capturados como garantía de la entrega y el desguace del país.
Quizás menos conocidos sean los grandes avances que se habían logrado con gobiernos anteriores en la causa por las Malvinas. Avances que consiguieron que durante la Gran Bretaña conservadora de Margaret Thatcher comiencen a planificar su retirada de las islas y la cesión y negociación ante el reclamo argentino. Estos son hechos históricos incontrastables que empiezan a salir a la luz a medida que el accionar de un nuevo gobierno patriota avanza con el reclamo y recupera el terreno perdido.
Toda esa juventud fue una segunda generación que la dictadura sangrienta sacrificó en aras de sentar las bases de un sistema de destrucción de la capacidad de lucha del pueblo y de la entrega de nuestra economía a los designios de un capitalismo voraz y en ascenso, que mediante el Plan Cóndor y la Doctrina de Seguridad Nacional, operaba desde la década del ´60 en todo el continente para plasmar su proyecto de dominación al hemisferio americano.
Esos jóvenes, junto con todo un pueblo, fuimos trágicamente tomando conciencia sobre los verdaderos enemigos de la Patria que no hablaban el idioma británico, sino la jerga patriotera de la demagogia de la derecha argentina y mundial. Estos falsos patriotas mandaron a nuestros valientes soldados a morir más de frío y hambre, que a punta de fusil enemigo.
Hoy, cuando los enjuiciamos por los delitos previos, en tiempos de-según la dictadura- “guerra contra la subversión” que masacró a miles de los mejores mujeres y hombres de lo más comprometidos con su pueblo, hoy, en estos juicios de la redención y la dignidad, también los juzgamos como reparación histórica por estos otros patriotas caídos o victimados, congregados bajo la inspiración de la defensa del territorio nacional. Hoy, 31 años después, esa recuperación soberana, avanza a través del Informe Rattembach y del incansable pedido de diálogo en la voz del canciller Héctor Timerman, sea en la ONU o en otros organismos internacionales.
Hoy la causa de Malvinas y la de los DD HH es la misma, es la causa por LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA.
Seguiremos buscando JUICIO Y CASTIGO por TODOS Y CADA UNO DE LOS CRÍMENES DE GENOCIDIO de la última dictadura.
PARA QUE PODAMOS DECIR A NUESTROS HÉROES CAÍDOS:
¡PRESENTES, AHORA Y SIEMPRE!
MOVIMIENTO DE UNIDAD POPULAR DE SANTA FE