El bombardeo que dejó más de 300 muertos y más de dos mil heridos, fue más allá del objetivo principal que consistía en derrocar y asesinar al presidente democrático Juan D. Perón, para infundir terror en toda la población civil. Este hecho histórico se inscribe en la serie de masacres provocadas por el terrorismo oligárquico durante el siglo XX en el país.
Precedido por las represiones de la Semana Trágica en Buenos Aires en 1919 y a los obreros huelguistas de la Patagonia en 1921, el bombardeo de junio de 1955 fue el prólogo del golpe que el 16 de septiembre del mismo año derrocó al presidente Juan Domingo Perón.
La masacre de junio de 1955 tiene también "una continuidad política y en sus componentes personales" con el golpe del 24 de marzo de 1976, como señaló el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, al presentar en 2009 los resultados de una investigación sobre el bombardeo a Plaza de Mayo.
Según la investigación del Archivo Nacional de la Memoria, el bombardeo del 16 de junio de 1955 provocó la muerte a 308 personas, la mayoría civiles, y fue perpetrado por más de 30 aviones de la Marina y la Aeronáutica, bajo órdenes de un grupo dirigente cívico-militar.
La reconstrucción histórica, que era una antigua deuda, llevó dos años de consultas a fuentes como los registros de cementerios, de hospitales y policiales, partidas de defunción y entrevistas a familiares de las víctimas y testigos presenciales.
"Los múltiples vasos comunicantes entre los golpistas de 1951, 1955, 1966 y 1976 son tan evidentes como el hecho de que la impunidad de que gozaron los asesinos de más de trescientas personas habría de alentar el in crescendo criminal que culminó en 1976 con el secuestro, tortura, detención-desaparición y asesinato de millares de personas", informó Duhalde, en aquella oportunidad.
"Algunos ejemplos del continuismo golpista: los tres ayudantes del contralmirante Olivieri eran los capitanes de fragata Emilio Eduardo Massera, Horacio Mayorga y Oscar Montes (todos los cuáles, a pedido de aquel, fueron eximidos de ser juzgados por el benevolente Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas); el primero fue miembro de la junta militar que asaltó el poder en marzo de 1976; el segundo estuvo involucrado en la "Masacre de Trelew" (el ametrallamiento de 19 prisioneros, de los que murieron 16, en agosto de 1972) y después en la última dictadura, de la que Montes fue canciller", detalló.
Duhalde explicó que "el golpe fue llevado adelante por oficiales y suboficiales de la Armada Argentina, con el apoyo de un sector de la Aeronáutica. En esta ocasión el Ejército se mantuvo leal al Gobierno, aunque exactamente tres meses después, gran parte de éste produciría el derrocamiento del gobierno constitucional presidido por el general Juan Domingo Perón".
Tres meses despúes del bombardeo, el golpe del 16 de septiembre de 1955 derrocó al gobierno constitucional de Juan Perón y estableció el régimen de la llamada “Revolución Libertadora”, denominada también como “La Fusiladora”.
Perón estaba en el noveno año de su presidencia: había asumido en 1946 con el 56 por ciento de los votos e iniciado el segundo mandato con el 62 por ciento.