En las primeras horas de la tarde, la estación Avellaneda se transformó ayer en un espacio de intervención cultural donde diferentes colectivos artísticos grabaron su huella en paredes, escaleras, andenes y accesos para decir presente y homenajear a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki con música popular, teatro callejero, títeres, murales, estencil y muestras fotográficas. Todo transmitido por radio y televisión desde el hall central y enviando un mensaje claro: “A ocho años de los asesinatos, los medios alternativos no nos olvidamos”. Durante la jornada de recuerdo, Página/12 conversó con Alberto Santillán, padre de Darío, quien apuntó una vez más a los responsables políticos de la represión en el puente Pueyrredón, el 26 de junio de 2002.
“Parece que esta bendita Justicia piensa que nos va a conformar entregándonos a los dos cobardes que mataron a los chicos; sin embargo, detrás de todo esto hay una autoría intelectual”, enfatizó. Además, ubicó el octavo aniversario dentro de un contexto “condimentado por el lanzamiento de las candidaturas de (Eduardo) Duhalde y (Felipe) Solá, que son los principales autores intelectuales de los asesinatos de Darío y Maxi”. Sobre el estado de la causa judicial, Santillán manifestó que “está parada” y que si bien el peso de la responsabilidad recae en Duhalde, “la respuesta del fiscal Miguel Angel Osorio fue que no existe ningún hilo que conduzca a Duhalde como uno de los autores intelectuales de la muerte de mi hijo y de Maxi”.
“Como dicen los compañeros, a lo único que pueden ser candidatos estos sujetos es a la cárcel”, afirmó. El 16 de junio, el Frente Popular Darío Santillán organizó un juicio popular en el Obelisco, donde militantes que fueron baleados por las fuerzas de seguridad dieron testimonio sobre los detalles del operativo policial ordenado en 2002 por las autoridades nacionales: “Duhalde, sos candidato a la cárcel”, fue el dictamen final de esa jornada. Marcial Bareiro pertenece al FPDS, fue uno de los heridos durante la persecución policial en Avellaneda y recuerda que aquel día marchó junto a sus compañeros del MTD Quilmes. “Veníamos movilizándonos desde la estación en dirección al puente Pueyrredón y la balacera se desató cuando nuestra columna estaba llegando con la posterior refriega”, rememora Bareiro.
Obnubilado por los gases lacrimógenos, “una vez que logré salir de mi estupor comencé a retroceder por la Avenida Mitre hacia Pavón y cuando llegué a esa arteria sentí un impacto de bala de plomo que me fracturó el peroné de la pierna derecha”, describe. En las filmaciones posteriores, Bareiro pudo identificar a Alfredo Fanchiotti “atravesando la línea de Prefectura y Gendarmería, disparando a todos los compañeros a quemarropa, por la espalda”, sin mediar enfrentamiento alguno.
Y aunque estaba herido, alcanzó a correr hasta la estación, donde fue “cargado por un grupo de compañeros” con los que siguieron camino –con la policía detrás– hasta la localidad de Gerli, donde pudo tomar un colectivo para trasladarse hasta Don Bosco. A través de esta movilización, “buscamos el enjuiciamiento de Duhalde, (Alfredo) Atanasof, Felipe Solá, así como les llegó a Fanchiotti y (Alejandro) Acosta”, expresó el militante del FPDS. La marcha de antorchas que dio comienzo a la vigilia finalizó a las 21.30, cuando las organizaciones sociales definieron el corte de la Avenida Mitre, en la base del puente, y dejaron habilitados al tránsito los dos brazos del puente Pueyrredón.
Publicado en Página 12, Por Adrián Pérez, Sábado, 26 de junio.