La profundización del rumbo político de transformaciones sociales, económicas, y culturales iniciado el año 2003 con la asunción de Néstor Kirchner, también fue parte del debate que tiene la necesidad de dar un nuevo marco institucional a la constitución, que permita sentar las bases de un nuevo Estado
En la actualidad permanece vigente la reforma del ’94 que fue realizada bajo la impronta del Consenso de Washington durante el gobierno de Carlos Menem que promovía la implementación de democracias tuteladas, es decir gestiones políticas subordinadas al lobby de las corporaciones.
Suponer que reformar la Constitución sería una herramienta para una probable re-reelección es ver sólo lo chiquito del asunto, cuando de lo que se trata es de institucionalizar el modelo de inclusión social y ciudadana, y que más allá de quien fuera electo presidente en el 2015 no exista posibilidad de retroceder un solo tranco de lo alcanzado, sino permitir el avance gradual e ininterrumpido de la emancipación nacional y social.