Aunque no parezca, tan solo pasaron 12 meses de que culminó la resistencia al gobierno neoliberal de Macri y que el Frente de Todos asumiera en el ejecutivo nacional, encabezado por Alberto Fernández. Dentro de los y las funcionarios y funcionarias que escogió el Presidente, Cecilia Gómez Mirada es una de las dirigentas encargadas del enlace con el poder legislativo.
La Subsecretaria de Asuntos Parlamentarios, que a su vez es la Secretaria Política de la Mesa Nacional del MUP, hizo un racconto de los 365 días de trabajo intenso e incansable que sobrellevó el Gobierno. "Este año fueron dos en uno", comenzó comentando Cecilia, quien en cuanto a su labor enunció que, desde que asumieron, "se pensaron políticas públicas y planificaciones a llevar a cabo pos restructuración de la deuda", aunque, como manifestó en cuanto al momento previo al arranque del ejercicio en curso, "no sabíamos con cuánto dinero iba a contar la Argentina o si era una Argentina en default. "Gestionamos para evitar que los argentinos sigan cayendo por debajo de la línea de la pobreza y para volver a recomponer el sistema productivo", aseveró.
En cuánto a su área específica, detalló que "el Congreso trabajó más que en toda su historia". Conforme recordó Gómez Mirada, describió: "Arrancamos con la extensión de las sesiones extraordinarias del año pasado, se trabajó con la cantidad de sesiones históricas durante todo este año de pandemia, también porque la pandemia lo permitió al hacer las sesiones remotas y virtuales así que el nivel de presentismo de los legisladores fue altisimo en todas las comisiones y en las votaciones".
Ante la situación de crisis pre pandemia con la que se recibió al país, la Subsecretaria repuso: "No había excusa de los vuelos, ni de los viajes, ni de nada de eso y además el poder ejecutivo tuvo un intercambio a niveles históricos con el legislativo". En ese punto, Gómez Mirada explayó que "hicimos un estudio desde la Subsecretaría sobre la presencia de funcionarios y arrojó una asiduidad de asistencia cada 29 horas al Congreso".
A su vez, siguiendo la gestión gubernamental y las condiciones en qué el macrismo cedió el poder, la dirigenta ilustró: "Era una Argentina desmantelada con un retroceso muy grande en materia de derechos y endeudados a cien años, a unas cifras que con nuestro PBI no podríamos pagar". En efecto, explicó que "cuando se asumió en diciembre, lo primero que hubo que armar una estructura jurídica y legal que nos permitiese restructurar la deuda y volver a poner a la Argentina de pie". Del mismo modo, en cuanto a cómo se debió reflejar esa labor en lo legislativo, expresó: "En las extraordinarias lo primero que se pidió que se tratara fue la Ley de Solidaridad porque con ese marco jurídico se necesitó poner el andamiaje productivo del país en marcha". Pero, tras todo lo expuesto, Cecilia relató cómo toda aquella planificación para salir de la crisis se topó con un parón mundial: "Cuando estábamos con esa Ley y todas las que se mandaron cuando estábamos por cumplir los 100 días de gobierno, llegó la pandemia; afortunadamente no estaba Macri a la cabeza del gobierno porque sino estaríamos todos muertos".
En los cuatro años de la gestión de Macri cerró una PyME por día, lo que significó la pérdida de millones de empleos. Mas allá de las grandes industrias, de las empresas y de la producción de materias primas que tenemos desde lo agropecuario, había que volver a poner todo eso en marcha y generar todo andamiaje macroeconómico para que además esas PyMEs que cerraron empiecen a abrir. Sobre esa base se estaba trabajando durante los primeros 100 días de gestión. Incluso en los primeros análisis de los 20 días iniciales de gobierno, la cantidad de cosas que hicimos es innumerable. Cuando estaba todo eso armado, con un gabinete pensado para dar respuesta a toda esa planificación, ya veníamos viendo que estaba surgiendo este brote del virus que del que casi no se sabía nada. Veíamos cómo construían hospitales en marzo en China, y la magnitud de la pandemia no la llegábamos a imaginar. A los días, rápidamente observamos la situación de Europa y el Presidente y todo el Gabinete tuvieron que tomar decisiones que fueron inéditas. Literalmente debieron cerrar la Argentina, cerrar las fronteras, cerrar la economía para priorizar la salud era una decisión política e ideológica muy jugada. Porque además de todo el desmantelamiento que hizo el gobierno de Macri, había desguazado todo el sistema de salud. De hecho, asumimos sin Ministerio de Salud y con un brote de sarampión que nunca había sucedido desde su erradicación.
Para cerrar la economía se debió generar el marco jurídico y toda la normativa del ASPO. Hubo que hacerlo rápidamente porque con qué argumentos le pediríamos o le prohibiríamos a los argentinos que no salgan de su casa para nada. Es decir, toda esa estructura jurídica de decreto de que no se puede despedir a le gente, que no se puede desalojar de los alquileres. Alberto hizo los decretos necesarios para gobernar en pandemia y realmente eran de necesidad y urgencia. Otra cosa que es inédita y solo un gobierno peronista puede hacer, es pagarle el sueldo a las empresas privadas. O sea, naturalizamos el ATP como siglas, pero eso significa que el Estado nacional le está pagando el sueldo a cada uno de los trabajadores del sector privado.