"A pesar de la tristeza que tiene el recordar 39 años desde el golpe de Estado y lo que significó para nuestro pueblo y nuestros familiares, cómo no sentir satisfacción de que seamos un pueblo que tiene memoria y conciencia" declaró la dirigente de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), Mireya García, en alusión a la multitudinaria marcha.

Por su parte, el diputado comunista Hugo Gutiérrez manifestó que cada día está "más contento que la gente guarde en su memoria a Salvador Allende y todos los que fueron víctimas de la violencia genocida de un dictador".

En tanto, la presidenta de la AFDD, Lorena Pizarro, llamó al gobierno derechista de Sebastián Piñera a que cumpla con dirigir "un país donde la gente los eligió no para reprimir, no para invisibilizar los derechos humanos, sino que para terminar con la impunidad y avanzar en verdad y justicia".

La procesión, iniciada en el centro de Santiago, finalizó con un acto en el patio 29 del Cementerio General de esta ciudad, lugar donde están enterrados la mayoría de los detenidos políticos durante la dictadura, informó la agencia DPA.

Frente al impactante monumento con los nombres de 3.000 víctimas de la dictadura, con el nombre de Salvador Allende en el lugar más destacado, la multitud recordó el aniversario número 39 del derrocamiento del presidente socialista y la imposición de la dictadura militar de Pinochet (1973-1990).

Con esta marcha, que homenajeó a los más de 35.000 chilenos muertos, torturados y desaparecidos durante la dictadura, se dio comienzo a las actividades en conmemoración al golpe de Estado que contemplan el próximo martes 11 de septiembre una visita al monumento de Allende ubicado frente al palacio presidencial La Moneda y una concentración con velas encendidas fuera del Estadio Nacional de Chile, emblemático centro de torturas.

Sobre el cierre del acto en el cementerio efectivos de Fuerzas Especiales de Carabineros se enfrentaron con encapuchados en las cercanías del Cementerio General una vez finalizada la marcha en homenaje a las víctimas de Derechos Humanos en el gobierno militar.

Los hechos se produjeron tras la manifestación pacífica, cuando cerca de 50 encapuchados comenzaron a encender barricadas ocupando semáforos, señalética pública y carteles de propaganda electoral en la entrada del cementerio municipal.

El accionar de los encapuchados (grupo violento presente en todas las manifestaciones chilenas) desató la reacción de los uniformados, quienes comenzaron a enfrentarse a los manifestantes utilizando carros lanza agua y lanza gases.

Asimismo, según precisó el portal del diario El Mercurio, los encapuchados atacaron a integrantes de la prensa que se encuentran cubriendo la manifestación, lanzándoles proyectiles.