
La compañera Cristina de Kichner, como continuadora del ciclo iniciado en el 2003, ha profundizado la idea de soberanía económica e intelectual con distribución social de la mano de un paquete de medidas macroeconómicas que incluyen trasladar excedentes de los sectores terratenientes y del capital financiero más concentrado a los que hasta hace poco tiempo fuimos los olvidados de una historia contada por la bolsa de cereales. Estas medidas se plasman en las retenciones a las exportaciones y la nacionalización de los fondos de pensión devolviéndolos a los trabajadores. Es con este tipo de herramientas que se pudo hacer de la obra pública “la palanca práctica de distribución del ingreso trasladada a los barrios”. Esos recursos se sacaron de la timba financiera para reconstruir la Argentina, y sus habitantes se hacen participes, levantando hospitales, construyendo viviendas, reacondicionado calles, participando del consumo de bienes intermedios mediante créditos sustentados con fondos que antes servían para la especulación.
Los adversarios de este proyecto se preparan a resistirlo con recursos que incluyen a los dueños de los alimentos, a los medios de comunicación y a sus servicios para mentirnos diariamente, y a través de ellos, construir una base militante imitando a la derecha de America Latina. Es por eso que nuestro deber social es aportar en el día a día, recuperando la política como herramienta cotidiana para recuperar la riqueza en nuestras manos, militando en los barrios, en las fábricas, en los colegios, en las universidades, en los comedores comunitarios, y en toda forma de organización de poder popular para lograr la sustentabilidad social de este plan emancipador que desde el peronismo ha vuelto a florecer para empalmar con la liberación del continente.
MUP Provincia de Buenos Aires