“Buen día a todos y a todas, hablaré primero para dejarle el cierre a Enrique, no sólo por ser un secretario de Estado, sino porque es un compañero que se acercó a participar en este lanzamiento de capacitaciones de formación de formadores en un día muy particular. Que un funcionario del nivel de Enrique pueda tomarse el tiempo de estar con nosotros en momentos como éste-en pleno escenario de organización del Paro de la CGT que conduce Hugo Moyano-, habla de su compromiso, teniendo en cuenta que un simple llamado hubiera bastado para no venir.
Agradezco a todo el equipo nacional, a Darío y a Mara que encabezaron el armado de este proyecto; a Cecilia que le puso muchas pilas para que esto fuera posible; a Alexis y Agostina como presidenta del Centro de Estudios, a Adrián, a los compañeros del Ministerio, a Deibe y al ministro Carlos Tomada (…).”
Algunas consideraciones
Que nos encontremos hoy acá, es posible gracias a que en nuestro movimiento conviven dos cuestiones que tienen dinámicas y perfiles distintos y que son necesarias para su implementación. Por un lado el asiento territorial, el trabajo de todos los días en los barrios, el contacto con la gente y los vecinos, y por el otro, la composición del movimiento con técnicos y profesionales que permiten construir y elaborar proyectos y programas a largo plazo.
Los compañeros que constituyen el Centro de Estudios para la Autogestión de la Economía (CEAE) que conduce el compañero Rufino Almeida, nos permite funcionar dentro del Estado mediante políticas públicas que tenemos a disposición para llevar al barrio y así profundizar el proyecto nacional en los barrios con cuestiones concretas.
Debo confesar que en un primer momento desconfié muchísimo de la ejecución de este proyecto. Nosotros como movimiento venimos con dificultades en el trabajo con el Estado por una decisión arbitraria de Planificación Federal (Cooperativas paradas y sin poder trabajar, la imposibilidad de acceso al programa “Argentina Trabaja” teniendo en cuenta que éste movimiento históricamente ha trabajado en los barrios con aquellos que siempre han tenido problemas de empleo).
El vínculo entre las organizaciones sociales y el Estado es complejo. Mi desconfianza pudo disiparse de a poco porque el Ministerio de Trabajo de la Nación nos ha demostrado que tiene la voluntad política, no sólo de ejecutar este programa sino también de adaptarse a los tiempos y a las formas de las organizaciones populares, que son las que no tienen un aparato jurídico, institucional, administrativo, como sí lo puede tener una empresa. El compromiso por parte del ministerio y la forma de trabajar nos ha permitido llegar hasta acá”.
El movimiento ha sido siempre muy frontal y las cosas que nos pasan las decimos, como lo de planificación federal y los 160 compañeros que quedaron sin trabajo en La Plata. Nueve años de proyecto nacional y en nuestros barrios todavía hay compañeros que no tienen trabajo, otros que lo tienen de manera precaria y viven en casas de chapa y no están peleando para que le suban el mínimo imponible ni para que a partir de los $5000 se cobren los salarios familiares; los compañeros reclaman en general por un trabajo registrado (…).
Claro que hay reclamos y no nos corremos ni un centímetro de las políticas del Gobierno Nacional. Claro que tenemos reclamos, demandas necesidades, algunas diferencias con la política pública del gobierno pero sin embargo, a pesar de que los salarios y la inversión pública crecieron-hoy el número de pobres disminuyó al 20%- a nosotros aunque sea el 1%, nos duele.
Acá hubo un plan sistemático de genocidio por planificación de la distribución desigual de la riqueza. Con los bombardeos del 55 empezó la decadencia de la clase obrera y del pueblo humilde y llegamos al 2003 después de muchos años de neoliberalismo.
Nuestros reclamos tienen que estar en función de la historia y de los objetivos, tienen que estar en relación con la dirección que toma el proyecto nacional. Nosotros no tenemos problemas en cortar todos los accesos o bloqueos a la capital pero sólo si la coyuntura fuera contra un gobierno neoliberal. Nunca se puede plantear una medida de estas características-haciendo alusión al paro que vaticinó Hugo Moyano para el miércoles 27 de junio- frente a un gobierno nacional y popular por más legitimidad que tenga un reclamo particular, porque con esa legitimidad entonces los que no tienen para comer tendrían la legitimidad de prender fuego la Capital Federal.
No tenemos que dejarnos llevar ni un milésimo por una medida extorsiva y de carácter político. Todavía tenemos muchos obstáculos para terminar de transformar a la patria y lograr la distribución de la riqueza.
Que en cada uno de los barrios estas capacitaciones sirvan, no solamente para darle competencia laboral a los compañeros desocupados, sino también orientación política y compromiso militante, para que cada uno de estos cursos sean parte de la trinchera por la batalla cultural”.