Distribución de la riqueza o la derecha destituyente

Distribución de la riqueza o la derecha destituyente

Se van generando las condiciones para que las elecciones de octubre del 2009 se transformen en una disputa electoral de características casi plebiscitarias donde nuestra patria discutirá sobre dos modelos de país  antagónicos: una nación  de rodillas antes  los países centrales, sin retenciones y por lo tanto con un traslado mecánico de los precios internacionales a nuestro mercado interno afectando la mesa familiar. Se trata de un traslado de excedentes hoy retenidos por los sectores populares hacia las minorías parasitarias o un modelo de país integrado socialmente que buscando su independencia económica e intelectual comienza a saldar lo que la compañera Cristina llama “la deuda de los argentinos con los otros argentinos”, se trata de terminar con la idea de un capitalismo dependiente de los grandes centros de poder donde la producción popular queda en manos del capital financiero internacional y de grupos nativos asociados.

La historia demuestra que estos últimos jamás han entregado sus bases de poder voluntariamente y ante sus derrotas parciales se reorganizan para defender sus intereses sin respetar la voluntad popular en caso de que le sea adversa. En el plano internacional la resistencia sojera al proyecto del compañero Evo Moralez  es un claro ejemplo y en la plano local no alcanzo la sustentabilidad electoral que obtuvo el proyecto nacional a mitad del año pasado para que las patronales  del campo y sus aliados mediáticos levantaran sus banderas de la mezquindad y se resistieran tenazmente  a entregar parte del excedente agrario.

Estamos presenciando un proceso de reconstrucción de una derecha  que por momentos aparece escondida detrás de falsos simbologismos como el concepto de “campo” o camuflada entre las clases medias urbanas confundidas, otras veces se desenmascara poniendo en el centro de la escena de la gestión pública a sus empresarios: es el caso de Narváez y Macri. Sus resortes de movilización son el control ideológico que por ahora tienen los pulpos comunicacionales en parte de la sociedad y mecanismos de extorsión o apriete que ejercen sobre sectores populares del interior.

Con dichas herramientas intentaran erosionar las bases de legitimidad de un gobierno que choca con sus intereses y tratará de combinar la campaña electoral con protesta social, intentos de lobbys y agresiones a funcionarios públicos creando un clima destituyente. La tarea de las organizaciones sociales y los sindicatos es la de funcionar como punta de lanza militante mostrándose activa en los escenarios de discusión política cotidiana no regalarle la calle cuando haya de disputarla generando hechos políticos que desenmascaren a estos falsos dioses filisteos. “VENCEREMOS”

MUP Capital