El cambio inesperado: KIRCHNERISMO

El cambio inesperado: KIRCHNERISMO

Dicen que cuando se toca fondo, sólo queda resurgir, situación más o menos comparable al escenario político que vivimos los argentinos entre mediados de los años ’70 y principios del nuevo milenio.

La última dictadura militar (1976-1983) y el Menemato (1989-1999), se encargaron de vaciar y silenciar parte de nuestra cultura; pero  no pudieron con tantas semillas, esas que siempre vuelan esparciéndose por doquier para luego florecer y ramificarse, las que generación tras generación proveen la energía suficiente como para reencauzar las bases de un Modelo Nacional y Popular que forjó y sigue forjando hoy más que nunca, una estructura soberana democrática y participativa como política de Estado.

La organización y acción  piquetera y el guiño a la posibilidad histórica: el Kirchnerismo y la toma de poder para la liberación

Lo que nunca imaginaron las elites y los gobernantes que firmaron el contrato neoliberal, fue  que la lucha y resistencia popular estallaría nuevamente en el país como paliativo ante la crisis estructural del Estado.

Diciembre de 2001 tuvo un agregado a la protesta: la clase media en declive, aquella que había perdido el empleo a principios de la década del ’90. Podríamos trazar un paralelismo entre la unidad que se dio en el Cordobazo del ’69, cuando obreros y estudiantes salieron a las calles en busca de respuestas y oportunidades al desgobierno de turno y lo que se dio hacia principios del siglo XXI, pero con otros  actores sociales: “la clase obrera desproletarizada-pero organizada- y la clase media quebrada entre el corralito y el desempleo.

Para entender dicho proceso de organización política- mediante la protesta como herramienta estratégica-, deberíamos entender que la ecuación no se dio de un día para otro. Mucho antes se había empezado a gestar una masa homogénea organizada, primero en Corrientes y Santiago del Estero, luego en el sur (Cutral-Co y Plaza Wincul) y por el NOA Salta (General Mosconi y Tartagal).

La Persuasión de Néstor: entre Maquiavelo y Perón

En el apartado “De los principados”, Maquiavelo dice: “Quienquiera que llegue a ser príncipe por la ayuda del pueblo debe procurar guardar el afecto de todos, cosa que le resultará fácil porque el pueblo sólo pide una cosa: no ser oprimido (…)”. Kirchner no sólo llegó al poder con un irrisorio 21% de los votos, sino también con un país en llamas post crisis 2001, que acorralaba a aquellos que buscaban una vida un poco más digna (jóvenes desocupados, clase trabajadora, jubilados y cualquier espacio de la esfera pública). Y fue, de a poco, que empezó a construir lo que hoy tenemos, la viabilidad de otra historia, la gran posibilidad de renacer en igualdad de oportunidades.

La década ganada es la síntesis de todo lo que el país supo generar desde una nueva estructura, organizada y atravesada por  la reparación del Estado y la la revalorización de la identidad y la cultura.

Y  fue y es posible después de que Néstor:

-generara millones de puestos de trabajo genuinos

-pidiera perdón por tanto genocidio y sufrimiento

-diera la orden de bajar los cuadros de Videla y otros militares

-sepultara el ALCA y el FMI

-abogara por el ejemplar cumplimiento del pilar peronista: inclusión social-política redistributiva-, soberanía política e independencia económical)

-iniciara un proceso de estatización e impulsara el regreso del Estado como ente regulador de lo privado;

– se pusiera al hombro junto a Cristina, Chávez, Evo, Mujica, Correa  y otras piezas fundamentales, los lazos latinoamericanos para la construcción de un nuevo bloque político bolivariano-sanmartiniano del siglo XXI (UNASUR, MERCOSUR)

.¡Qué florezcan millones de flores y voces!

El nuevo escenario político con Cristina -ya sin Néstor- es impensable desde lo lógico del cuadro de situación. Pero la fuerza de la compañera y conductora, sumado a las flores que florecieron ese mismo 27 de noviembre de 2010, hicieron posible el arduo trabajo en materia de matrimonio igualitario y visibilización de temas  de género; la Asignación Universal por Hijo, la reestatización de las AFJP y la recuperación de empresas nacionales como YPF y la sansión de la ley de medios reemplazando la impuesta por la última dictadura cívico-militar. Hechos que nos permiten decir que la patria va por buen camino y que lucha por el mantenimiento de una coyuntura histórica más inclusiva y democrática, frente a la falacia, manipulación y censura de la oposición y los monopolios hegemónicos.