El jueves 28 de febrero, el embajador de la República de Cuba en Argentina, Jorge Lamadrid Mascaró, junto al secretario general del Movimiento de Unidad Popular (MUP), Federico Martelli y uno de los integrantes del Comité Argentino por la Libertad de los Cinco, Valentín Huerta, se dieron cita en la Sede Nacional del MUP de Callao 253 para rendir homenaje a Los Cinco Héroes Antiterroristas Cubanos.
En el acto Lamdrid., Martelli y Huerta colgaron un cuadro en La cocina de los sueños de la Sede Nacional en reconocimiento a la lucha incansable de estos patriotas que se encuentran injustamente detenidos en cárceles norteamericanas hace más de 14 años.
En el encuentro, el diplomático recordó la actitud asumida por la Casa Blanca ante la denuncia del Gobierno cubano sobre las acciones terroristas gestadas en el territorio de la Florida contra la Isla; y las posteriores detenciones e irregularidades jurídicas del caso de los Cinco.
Por su parte, Federico Martelli se refirió al ejemplo que por muchos años ha representado Cuba para Latinoamérica y la importancia de continuar denunciando al mundo la injusticia que han sufrido por más de 14 años los jóvenes cubanos.
Valentín Huerta hizo un llamado a las mujeres presentes a dejar sus firmas en un documento que entregarán el próximo 8 de marzo en la Embajada estadounidense en Buenos Aires, exigiendo le sean otorgadas las visas a Adriana Pérez y Olga Salanueva, distanciadas durante todo este tiempo de sus esposos.
El espacio fue propicio para la proyección del documental “Obama Give Me Five”, que demuestra las injustas condenas que cargan Los Cinco jóvenes cubanos y el sufrimiento que ha provocado en sus familias.
En relación al acto Lamadrid aseguró: “Ustedes han recuperado con esfuerzo propio y con la motivación de los tiempos que vive Argentina, este espacio de la democracia, y han organizado este acto el cual agradecemos profundamente, en nombre de los familiares de los compañeros y del pueblo cubano”.
“Esta es una batalla dura y nos recuerda que el próximo 12 de septiembre los compañeros cumplirán 15 años en prisión. Ustedes vieron en el documental con los testimonios de los familiares y queda claro que hoy, Gerardo Hernández puede morir en la cárcel y es absurdo, es una injusticia atroz que el mundo debe saber”.
Por último, el embajador remarcó que “hubo una re-sentencia que pone de manifiesto las incongruencias, arbitrariedades e ilegalidad que se produjeron alrededor del caso”.
Por su parte el secretario general del MUP, Federico Martelli sostuvo: “Como decía recién Jorge, no estamos homenajeando a compañeros que han ingresado al comando celestial, sino a compañeros que aún están vivos y, como pudimos apreciar en el documental, la verdad es que, pese al intento de colaboración entre Cuba y Estados Unidos de desarticular células terroristas de cubanos que viven en Miami que analizaban atentar contra la Habana, estos patriotas cubanos son presos del imperio”.
“Cuando el 11 de septiembre de 2001 aviones secuestrados vuelan las torres gemelas y empieza una investigación muy profunda sobre el origen de esos atentados, se da a conocer que los terroristas se habían entrenado para manejar aviones en Miami. Como dice Gabriel García Márquez en un texto, ¿cómo puede ser que se detuvieran a los héroes cubanos y se haya pasado por alto el entrenamiento de los espías saudíes que planificaron el atentado en el propio Estados Unidos? Por eso, éste es un tema que desnuda los reales intereses del imperio y da a conocer el escarmiento que quiere dar frente a cualquiera que lo desafía”.
“Nosotros queríamos llevar luz sobre este caso, queríamos clarificar a la militancia, y por eso hoy están presentes algunos de esos representantes políticos y hasta sindicales del movimiento, dando un abrazo al pueblo de Cuba y decirles que para nosotros son un ejemplo. Que en los 30 años que sufrimos el liberalismo, con ajustes, represión y saqueo en nuestro país- cuando todavía no había ganado Chávez, Lula, Kirchner o Rafael Correa- Cuba siempre fue el faro que nos iluminó, el granito de esperanza para América Latina, y sobre todo, fue la posibilidad de creer que se podía, que la idea de construcción de una identidad nacional, de justicia social, de solución a los problemas estructurales de la sociedad, podían ser posibles, no sólo a partir de una lectura teórica, si no que en nuestro propio continente teníamos un ejemplo práctico de lo que se puede hacer con la entrega, la solidaridad, la militancia de lo que fue la revolución, inclusive antes del ’59”, concluyó Martelli.