Mañana 9 de junio se cumplirán 60 años de los fusilamientos de José L. Suárez, hecho del que se desprende el odio gorila de los sectores más reaccionarios de la patria que asesinaron a compañeros militantes durante esa noche de 1956. Recordemos que durante aquella jornada se producía un levantamiento cívico-militar liderado por el general Juan José Valle contra la dictadura militar de Aramburu, Rojas y Lonardi. A modo de escarmiento, la mal llamada “Revolución libertadora”-nosotros optamos por denominarla “fusiladora”- dispuso el fusilamiento de los insurrectos-revolucionarios. El saldo fue de veintisiete civiles y militares ejecutados en los basurales de José León Suárez (San Martín, provincia de Buenos Aires).
Tanto militares como civiles, habían comenzado un año antes a conformar una estructura desestabilizadora contra el gobierno democrático de Juan D. Perón y el pueblo identificado con la causa democrática.
Los que hoy instigan a la fractura de la patria, son los mismos que desde antaño atentan contra la organización y valores de los sectores populares. Sus prácticas elitistas como el entreguismo imperial financiero y mediático, siguen impulsando el odio visceral contra los pilares de un Estado que reconfigura la idea de independencia económica, justicia social y soberanía política.
Habrá violencia reaccionaria
Hasta que pueda ser derrotada
Por la violencia revolucionaria.
O dictadura del privilegio o liberación nacional
John W. Cooke