En una jornada fría pero llena del calor fraterno de la militancia, el Intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, junto a las organizaciones sociales que nuclea Unidos y Organizados en ese partido, brindaron como cada año el sentido homenaje a los compañeros que en la madrugada del 9 de junio de 1956 fueron fusilados por la mal llamada “Revolución Libertadora”. Entre los homenajeados, estuvo Juan C. Livraga “el fusilado que habla”,  único sobreviviente de la masacre, cuyo testimonio le posibilitó  a Rodolfo Walsh  reconstruir los hechos en su célebre obra “Operación Masacre”.

La actividad comenzó alrededor de las 14 cuando el intendente Katopodis, quien se encontraba acompañado por Leonardo Grosso, diputado nacional por el Movimiento Evita y el secretario de DD.HH del municipio de San Martín, Alberto Palacio, hizo entrega de una placa recordatoria a Livraga y a los familiares de aquellos que fueron fusilados por el odio gorila.

La jornada culminó con la puesta de la radio abierta Unidos y Organizados que emite en la frecuencia de 105.7 todos los domingos de 19 a 21, en las voces de Lolo Colombo, Héctor Odetti y nuestro compañero y referente de Prensa y Comunicación del MUP San Martín, Walter Romero.

La compañera referente del MUP San Martín, Romina Rodríguez, sostuvo que “es muy certero el mensaje que se está dando en este lugar ahora mismo; ni el frío, ni la lluvia pudo impedir que nos congregáramos aquí, donde hubo tanto odio hacia la lucha que venía librando el pueblo desde 1945”. Y agregó: “son los jóvenes quienes levantan más arriba que nunca las banderas contra el olvido, sembrando alegría en espacios donde hubo tanta muerte, como hoy, que a través de la radio abierta, los murales y las bandas, se recuerda aquella jornada en la que desde el peor odio reaccionario,  fueron asesinados a sangre fría los compañeros Carlos Alberto Lizaso, Nicolás Carranza, Mario Brión, Vicente Rodríguez, Francisco Garibotti, Aldo E. Jofré y Miguel Ángel Mauriño”.

¡Hasta la victoria siempre compañeros!

Carta del General Valle a su hija

Querida Susanita:

Sé fuerte. Te debes a tu madre. Sé muy compañera de ella y ayúdala a pasar este triste momento. No te avergüences de tu padre, muere por una causa justa: algún día te enorgullecerás de ello.

Te deseo muchas felicidades en tu vida; y algún día a tus hijos cuéntales del abuelo que no vieron y que supo defender una noble causa. No muero como un cualquiera, muero como un hombre de honor.

Ni siquiera puedo darte el beso de despedida, hasta eso los hombres me han negado. Pero desde el fondo de mi corazón te mando toda la ternura y el idolatrado cariño que te tengo, hija querida. Desde el más allá velaré por ti; y en los momentos difíciles de tu vida que deseo sean pocos, recurre a mí, que estaré como siempre para defenderte.

Te pido nuevamente que veles por tu mamita. Sé su mejor compañera y que también sea tu mejor y segura consejera. Mi chiquita, tené valor y da el ejemplo de entereza que honra nuestra sangre. Nuestro honor no ha sido manchado jamás y con orgullo puedes ostentar nuestro nombre. Mi linda pequeña, trabaja con fe en la vida y en tus fuerzas.

Sólo traiciones y venganzas me llevan a este fin, pero no quiere dejarle ninguna amargura y Dios será misericordioso y velará siempre por ustedes.

Cuida mucho a mamita. Ella es muy buena y debe estar a tu lado por mucho tiempo más, para que con la resignación recobren la felicidad que hoy se pierde.

Susanita, te quiero y siempre cuidaré de ti. En estos papeles están todos mis besos que hubiera deseado darte, mi linda, coraje y a luchar con la frente alta en la vida.

Que Fofy sea bueno contigo, eso es lo que a él le pido.

Adiós, querida, besos y muchos cariños de tu papito que siempre te ha adorado.

Papito