El martes, con la presencia de un importante número de afiliados y simpatizantes peronistas, el Consejo de Distrito del Partido Justicialista local presentó una conferencia denominada “Visiones de economía política: devaluación actual, causas y perspectivas”, a cargo de Patricio Narodowsky, economista asesor de la Ministra de Economía de la provincia, Silvina Batakis, y Alejandro Sergio, economista y secretario general del Movimiento de Unidad Popular (MUP) en Berisso.
La propuesta constituyó la actividad que dio inicio formal a las acciones previstas para este año por el Consejo de Partido que preside desde el último diciembre el ex-concejal Oscar Colombo.
Desde la secretaría de Prensa del PJ se subrayó que la idea de organizar la charla cobró fuerza en virtud de la necesidad de “aclarar informaciones confusas acerca del escenario político-económico, explicar las causas y efectos de la devaluación y cómo repercuten las recientes medidas en la economía real y describir los distintos actores involucrados en maniobras económicas claramente desestabilizadoras”.
“De un modo claro y muy didáctico, los expositores profundizaron aspectos muy importantes que repercuten en la vida cotidiana que desde lo técnico a veces es difícil de comprender”, expresó Colombo luego de la presentación de los economistas, adelantando que a lo largo del año se continuarán organizando encuentros para analizar diferentes temas trascendentes de interés para la comunidad. “En las próximas semanas estaremos organizando una charla sobre los problemas hídricos que afectan a los berissenses y sobre cuáles son las vías de solución que se están encarando desde el Estado”, subrayó el jefe partidario.
Medidas para ‘minimizar el impacto’
Tras referirse a los efectos negativos que la devaluación genera en los sectores populares, debido al incremento de los precios y el consiguiente deterioro en el poder de compra, el economista berissense Alejandro Sergio, estableció que la medida se tomó “por necesidad” y consideró que “sus efectos hubieran sido más preocupantes si se hubiera seguido esperando. “El gobierno está haciendo todo lo necesario, con las herramientas a su alcance, para minimizar el impacto”, aseguró.
“Lo que vivimos fue un feroz ataque especulativo con objetivos políticos, ya que el objetivo era dar un golpe de mercado similar al que ‘volteó’ al ex-presidente Alfonsín en 1989. El objetivo, ahora, era no sólo hacer ganancias rápidas con la subida del valor del dólar sino también forzar la renuncia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner o, por lo menos, que el proyecto político que encabeza no tenga chances de éxito en las elecciones de 2015”, consideró también.
Para el dirigente del MUP en el distrito, desde el año 2007 “se registraron seis episodios de ataques especulativos que no obtuvieron los resultados que éstos sectores buscaban”. “La diferencia es que esta vez existían factores en la economía real que hicieron que ahora el ataque especulativo fuera relativamente exitoso, aspectos que habrá que corregir para no dar lugar a maniobras semejantes”, describió.
“La secuencia del golpe de mercado era el intento de distintos sectores económicamente poderosos de actuar sincronizadamente para que bajen las reservas en divisas del Banco Central y así forzar una devaluación de magnitud. Se esperaba que el efecto de esta medida sobre la gran mayoría de la población produjera un gran conflicto social que obligara a la renuncia de la presidenta y al fin del proyecto nacional y popular”, sostuvo también el economista.
Desde su perspectiva, los actores significativos ‘de poder real’ que intervinieron en las aludidas maniobras “son los grandes agricultores y las comercializadoras de grano, participantes en la producción mediante los pools de siembra, que acapararon soja en magnitudes importantes sin exportarla; los bancos que dolarizaron parte importante de sus carteras de inversión; grandes empresas industriales que solicitaron divisas para importar, las giraron al exterior y nunca ingresaron esas importaciones y los medios de comunicación hegemónicos que generaban un clima de crisis y de inminencia de una devaluación que equiparara la moneda norteamericana oficial al ‘dólar blue’, en torno de los 12 o 13 pesos por unidad”.
“Tuvieron éxito, sí, pero muy lejos de sus expectativas financieras e institucionales”, consignó.
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