Para seguir achicando la brecha entre pobres y ricos, para profundizar aun más la seguridad social para todos los argentinos, para reindustrializar el país, por todos nosotros, necesitamos la continuidad del proyecto nacional.
Se acerca un momento de definición importante acerca del rumbo del país que encierra crea una disyuntiva de hierro, que es la cimentar y profundizar el proyecto que inicio Néstor Kirchner o poner el país nuevamente en las redes de sujeción del poder económico concentrado, algo conocido por los argentinos por lo que genera este ultimo esquema en nuestra vida social.
Las políticas públicas y las decisiones que encaró Cristina son el mejor argumento. En estos cuatro años no se tomó ninguna medida en contra de las grandes mayorías; pareciera una utopía pero es real y palpable, un gobierno nacional que no toma medidas en contra de su propia gente. Pensemos y repasamos brevemente por nuestros corazones las imágenes del caos, del abandono, del candado en la puerta de la fábrica, de desánimo generalizado que teníamos con otros gobiernos y con otras políticas.
Este es el rumbo y es necesario sostenerlo por mucho tiempo, no por una aventura de poder permanente, sino por el hecho de que está comprobado y aplicado, y ha funcionado. El modelo nacional garantiza un país que va hacia adelante y recupera de a poco derechos, presencia estatal, producción y trabajo; las bases de los mejores años de la Argentina; que tiene hoy ante manos una segunda oportunidad histórica. Para los más grandes, significa la posibilidad de ver nuevamente ese país inclusivo y con movilidad social ascendente para los más jóvenes, y de ver por primera vez, un país que no tenga como una única respuesta la represión o la expulsión de sus pibes.
Para cimentar y profundizar se necesitan esfuerzos variados, desde el empuje joven militante pasando por intelectuales, artistas, investigadores, trabajadores, gente de los medios de comunicación y se necesita una conducción clara y estratégica.
Clara y estratégica porque la realidad es compleja y requiere negociación, supone de avances y retrocesos, pero la mirada y el sentir de lo que se quiere hacia el futuro es lo que marca el sentido de las decisiones y tranquilidad de que no nos vamos a quedar a mitad de camino.
Sabemos los argentinos que lo que se construye en años en unos pocos segundos se desvanece y volver a empezar es doloroso y traumático; no nos podemos dar el lujo de volver para atrás, es hoy más que nunca el momento de ir por más inclusión, por más trabajo registrado, por mayor seguridad a partir de la integración y de la correcta actuación de las fuerzas policiales.
Es por capacidad de gestión y sobre todo de orientación estratégica el momento de trabajar por Cristina como candidata de nuestro espacio político; por cuatro años más de cambio económico, social y cultural. Tampoco quedan dudas con respecto al acompañamiento ciudadano, que expresará a la hora de la verdad, a la hora de los votos un acompañamiento general a las políticas públicas que permitieron pasar de 26% de desocupación a menos de 10 puntos. Que achicaron significativamente la pobreza y la indigencia, que puso al país en movimiento económico nuevamente, que permitió la movilidad de la clase media, y que metió a muchos jóvenes nuevamente en el trabajo y en la escuela.