El 25 de mayo de 2003, asumía el primer presidente surgido de un proceso electoral tras la crisis de diciembre de 2001. Néstor Kirchner llegaba así a la Casa Rosada “con más desocupados que votos”. Es que la renuncia de Carlos Menem a participar de la segunda vuelta electoral había transformado al ex gobernador de Santa Cruz en el presidente electo con menos votos de la historia. “Formo parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausencias; me sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones a las que no pienso dejar en la puerta de entrada de la Casa Rosada”. Así hablaba el flamante primer mandatario en el Congreso en su discurso de asunción. Gobernar desde las convicciones, nunca traicionar el mandato popular, hacer siempre lo que había dicho que iba a hacer. Tal vez esté ahí la explicación de por qué con los años esa frase se volvería célebre.

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