En la capital federal la situación es clara; la política (que también es de Estado) neoliberal del ingeniero Macri tiene un claro tizne segregador, trata de convencer a los sectores medios que sus grandes problemas son en realidad la marginalidad y la pobreza en el distrito; que los sectores más vulnerables están llenos de malos hábitos y que es muy difícil pactar con ellos un proyecto de cuidad en común.

Para eso intenta avanzar en un plan de ajuste habitacional que incluya desalojos masivos y radicaciones de barrios ganando el consenso de los sectores medios. Construye un cerco de aniquilamiento social en la villa 31 (barrio Padre Mujica) empezando a no permitir que entren materiales para la construcción. Se trata de la idea de generar en principio barrios cercados “por alta peligrosidad” similar a los gettos judíos en la edad media.

La asfixia y el olvido son dos métodos fundamentales de sus políticas públicas hacia los barrios carenciados, un claro ejemplo de esto es el hasta ayer silencioso asentamiento ubicado al costado del puente Alsina (Pompeya) instalados sobre terrenos de gendarmería y la empresa Roca donde la empresa Edesur se niega a instalarles la luz legalmente poniendo miles de traba burocráticas para su realización.  Sabemos que donde hay opresión hay resistencia y los compañeros mediante asamblea han decidido un plan de lucha que empieza con el corte del puente Alsina el lunes 9 de febrero a las 16:30 de la tarde que continuara hasta que la empresa y el gobierno den soluciones.

Creemos que estamos en las vísperas de una ofensiva habitacional contra nuestros barrios y que tenemos que dar una respuesta casa por casa en unidad y coordinación del campo popular desparramándoles los conflictos por todo el espacio distrital y lograr así que pierda potencia ya que sabemos que Macri avanza selectivamente concentrando todas sus fuerzas en un solo punto.

Darío Arguello-MUP Capital