Mariano Moreno: el padre de esa criatura llamada “Revolución»

Mariano Moreno: el padre de esa criatura llamada “Revolución»

Por Javier Tucci

Entre los bustos y cuadritos que aparecen en los establecimientos educativos podemos toparnos asiduamente con Sarmiento (gran adorador de la civilización  europea ¿El padre de la educación?; Mitre, el ideólogo de la Historia Oficial y de la Guerra de la Triple Infamia contra Paraguay; Roca, el encargado de llevar a cabo el genocidio de la Campaña del Desierto que dejó un saldo de ciento de miles de originarios masacrados y por si fuera poco,  Rivadavia, el impulsor de la deuda externa nacional, entre otros. Todos antipatriotas reconocidos en calles y avenidas importantísimas, billetes de los grandes y monumentos despampanantes, como el del ya mencionado Roca frente a la jefatura porteña o el que se erige  en el corazón aristocrático del barrio de la Recoleta que tributa al General Lavalle, el iniciador de lo que conocemos como golpe de Estado, luego de fusilar sin previo juicio a Manuel Dorrego, el único Gobernador Federal de Buenos Aires que contó con el apoyo de la clase popular, en épocas de Unitarios y Federales.

 A 202 años del asesinato de Mariano Moreno y a casi 203 años de las bases de lo que conocemos como “nuestra Argentina”, historiadores como Norberto Galasso y Felipe Pigna tratan de repensar los hechos y desentrañar las fábulas y leyendas que ha trazado el país de elite hasta hoy, sostenida por el montaje de los liberales  que quisieron tapar la historia popular de esta tierra.

Dice Galasso: “Para la historiografía liberal, Mayo fue una revolución separatista, independentista, antihispánica, dirigida a vincularnos al mercado mundial, probritánica y protagonizada por la ‘gente decente’ del vecindario porteño (…); el populacho no intervino en sus preparativos, ni comprendió que se trataba de la independencia… Moreno tampoco intervino en ellos y su actuación fue insignificante, cuando no funesta”.

La óptica liberal admite que fueron los militares -en congruencia con el modelo entreguista- como Don Cornelio Saavedra, quienes posibilitaron el nacimiento de nuestra patria, recalcando siempre la no participación plebeya. Galasso  subraya la importancia de la planificación histórica de las clases dominantes a través de la necesidad de convencer a la sociedad civil de que la independencia fue separatista con ansias de acaparar el sistema liberal capitalista, para que la oligarquía porteña pueda comercializar libremente con los ingleses (potencia mundial luego de la Revolución Industrial en 1750) y para que el modelo se extienda en el tiempo, y lo refleja en el siguiente cuadro con conclusiones de la historia oficial:

A- La idea de “libertad” fue importada por los soldados ingleses invasores en 1806 y 1807, cuando quedaron prisioneros algún tiempo en la ciudad y alternaron con la gente patricia;

B-El programa de la Revolución está resumido en la Representación de los Hacendados, pues el objetivo fundamental de la Revolución consistía, precisamente, en el comercio libre o más específicamente, en el comercio con los ingleses;

C-El gran protector de la Revolución fue el cónsul inglés en Río de Janeiro Lord Strangford;

D-El otro gran protector será, años más tarde, George Canning, quien tiene a bien reconocer nuestra independencia;

E-La figura clave del proceso revolucionario es un Mariano Moreno liberal europeizado, antecedente de Bernardino Rivadavia y que, significativamente, ha sido abogado de varios comerciantes ingleses.

A partir de los puntos antes mencionados, resulta más fácil familiarizar y entender los motivos por lo que en la actualidad los medios monopólicos como el Diario Clarín o La Nación adhieren a una postura antipatriótica en hechos de conocimiento público como el caso de los Fondos Buitres, o su rol probritánico en la lucha por la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, o como ellos dicen, las Fuckland.

Estos instrumentos serviles defendieron y defienden la postura extranjera y no la propia soberanía nacional que puso límites al imperio en los asuntos internos; lo mismo ocurrió con el pago de la deuda externa y la negativa al FMI y el ALCA, medidas que se produjeron en el gobierno de Néstor Kirchner.

¿Qué tiene que ver Moreno con todo lo narrado hasta aquí? ¡Todo!

Moreno fue asesinado por los británicos por ser el ideólogo del plan revolucionario más asombroso pensado desde la justicia social de la época, por ende, se lo debía exterminar.

Dice Mara Espasande, en “La historia del Plan Revolucionario de Operaciones, entre el debate historiográfico y la lucha política”: “Eduardo Madero trabajaba en el año 1896 en los archivos de Indias en Sevilla elaborando el proyecto para la construcción del Puerto Nuevo en Buenos Aires, cuando con sorpresa, encuentra el documento que cambiaría la interpretación de todo el proceso revolucionario rioplatense: el manuscrito del Plan de Operaciones de Mariano Moreno (…). Estaba en juego la interpretación misma de la Revolución de Mayo, del origen de nuestra patria y en particular del modelo de país que se quería construir (…). En pleno apogeo del modelo Agroexportador, aparecía un documento que desmitificaba la imagen del Moreno liberal construida por la Historia Oficial.”

Para acercarnos al verdadero Moreno es necesario despojar la historia ultrajada por las elites porteñas y su proyecto de país y ver a Moreno como el ‘padre de la criatura’, como alguien que fue capaz de proponer la construcción de un Estado igualitario y proteccionista. Así lo resumía en este fragmento del Plan: “el Estado debe contar con los recursos necesarios para la fomentación de las artes, agricultura, navegación, etc. Producirá en pocos años un continente laborioso, instruido y virtuoso, sin necesidad de buscar exteriormente nada de lo que necesite para la conservación de sus habitantes.”

En otro de los pasajes más relevantes del Programa revolucionario podemos acercarnos a la gran conspiración de Mitre y el proyecto de país de la oligarquía y la burguesía comercial librecambista.

 “Es máxima aprobada que las fortunas agigantadas en pocos individuos, a proporción de los grandes de un Estado, no sólo son perniciosas sino que sirven de ruina a la sociedad civil, cuando solamente con su poder absorben el juego de todos los ramos  de un Estado, sino cuando también en nada remedian las grandes necesidades de los infinitos miembros de la sociedad, demostrándose como una reunión de aguas estancadas, que no ofrecen otras producciones sino para el terreno que ocupan pero que si corriendo rápidamente su curso bañasen todas las partes de una u otra, no habría un solo individuo que no las disfrutase, sacando la utilidad que le proporcionase la subsistencia política, sin menoscabo y perjuicio.”

Hablar de  Moreno es sinónimo de liberación, de revolución, de unión de bases, de pilares fundamentales para montar la estrategia que pateé el tablero de la dominación de una buena vez por todas. Moreno hoy se figura en el docente, en el trabajador, en el militante, en los intelectuales, las organizaciones que luchan por la democratización de la cultura, la palabra y la justicia. Moreno es la piedra fundamental de la liberación de estos lares; de nosotros dependerá seguir por el camino de las operaciones que generan igualdad, dignidad y democracia.