La querida compañera Melba Hernández nació en Cruces, en la antigua provincia de Las Villas, el 28 de julio de 1921, en una familia de estirpe mambisa. Se graduó de abogada en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana en 1943.
Participó activamente en la lucha contra la tiranía batistiana, siendo de las primeras en integrar las filas del movimiento revolucionario dirigido por Fidel. Junto a Haydée Santamaría, estuvo entre los combatientes de la gesta del 26 de julio de 1953. Fue testigo de la salvaje tortura y asesinato de sus heroicos compañeros.
Condenada a prisión en el Reclusorio Nacional para mujeres de Guanajay, tras su excarcelación Melba tuvo un papel decisivo en la recopilación y organización de las notas que Fidel iba logrando sacar del Presidio Modelo, en las que reconstruía su alegato en el juicio del Moncada –conocido luego como La Historia me absolverá-, así como en su posterior impresión y distribución clandestina.
En mayo de 1955 participó en la reunión celebrada en el barco “El pinero”, que trasladó a los amnistiados desde Isla de Pinos, y donde, bajo la dirección de Fidel, se decidió el nombre de 26 de julio para el movimiento revolucionario. Integró su primera Dirección Nacional.
Se trasladó a Méjico, donde desempeñó importantes misiones y el 25 de noviembre de 1956 despidió, en el puerto de Tuxpan, a los expedicionarios del Granma.
Se incorporó al Ejército Rebelde en las filas del Tercer Frente “Mario Muñoz Monroy”, dirigido por el Comandante Juan Almeida Bosque.
Tras el triunfo de la Revolución desempeñó importantes responsabilidades, entre ellas Presidenta del Comité Cubano de Solidaridad con Vietnam del Sur primero, y después de Vietnam, Cambodia y Laos; miembro del Presidium del Consejo Mundial de la Paz; Secretaria General de la Organización de Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina (OSPAAAL); embajadora de Cuba en la República Socialista de Vietnam y en Kampuchea, y directora del Centro de Estudios sobre Asia y Oceanía.
Fue fundadora del Partido y miembro de su Comité Central desde el Tercer Congreso, así como diputada a la Asamblea Nacional desde 1976 hasta 1986, y elegida nuevamente desde 1993.
Por sus relevantes méritos recibió múltiples condecoraciones y órdenes nacionales e internacionales, entre los que destacan los títulos honoríficos de Heroína del Trabajo y Heroína de la República de Cuba. Para nuestro pueblo, es una de las más gloriosas y queridas combatientes de la gesta revolucionaria, ejemplo imperecedero de la mujer cubana.
Atendiendo a su voluntad, su cadáver será cremado y sus cenizas custodiadas transitoriamente en el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias hasta que sean trasladadas al cementerio de Santa Ifigenia para ser depositadas junto a los restos de sus compañeros asaltantes del Moncada.
Comité Central del Partido