
Enrique Zothner*
Advierta –le dije entonces– que el Servicio Aeronáutico del Ejército no debe un solo centavo a su compañía; que se trata de una repartición solvente y dependiente del Ministerio de Guerra y que, por lo tanto, no sólo me sorprenden su manifestación y exigencia, sino que las considero impertinentes y no las acepto. Guardé para mi coleto lo que por cortesía no le dije: allí, en el mismo escritorio me propuse, juramentándome conmigo mismo, cooperar por todos los medios legales a romper los trusts". Palabras del general Enrique Mosconi pronunciadas antes de tomar la determinación de realizar una de las más grandes obras que se hizo en Argentina (la creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, YPF) y en Sudamérica en donde ayudó a la independencia energética.Esa transformación moral le sucedió a Mosconi al darse cuenta que el mismo debía realizarlo, que ni el capital ni las multinacionales servirían para los intereses de la Patria. Sabía la importancia de la industria, ya había dicho: la independencia del año 1810 debe ser integrada con la independencia de nuestros cañones. No bastó conocer la profundidad de esta y otras ref lexiones, necesitó darse cuenta y encarnar cuál es el camino que nos va a llevar a la independencia y soberanía.
Las más grandes mujeres y hombres de Argentina realizaron una transformación moral ante situaciones límites, casi imposibles de superar, aun cuando ya entendían y estaban comprometidos con la causa de la felicidad del pueblo, de su libertad, de su bienestar. Al mismo Gral. Perón le ocurrió, su conocimiento encarnado sabía de la importancia de la industria para tener un país Económicamente Libre, Socialmente Justo y Políticamente Soberano y lo imprescindible de realizarlo por nosotros mismos. Ayer como hoy, voces que no han podido ahondar en la sabiduría de la industria y de la vida, deambulan por los corredores sin conocer las terribles consecuencias de la dependencia del capital financiero inter.nacional, de sus brazos ejecutores, las multinacionales y su ejército de economistas confundidos por los fondos buitres. Hoy estos fondos nos traen con su ataque una nueva oportunidad para que una vez más se produzca la transformación moral de nuestras grandes mujeres y hombres, ya conocedores y dueños de una preciosa prosa de la emancipación Suramericana. El interés que algunos proponen no puede asimilarse a una burguesía nacional, término eurocentrista que oculta que nada de las historias de Europa y Suramérica son comparables. Es preferible atenerse a una realidad más concreta y cercana. Podemos y tenemos que pensar en industria antes que pensar en el capital financiero.
En el origen de nuestra industria, en nuestras misiones jesuíticas, se produjo hierro a partir de nuestro suelo, y es una de las raíces de la gran gesta del General Savio. Una maquinaria histórica, cultural, mediática que machaca sin descanso y sin tregua las ventajas del "liberalismo", de un capitalismo "ingenuo" sólo para los que sufren las consecuencias. Se trata de imponer como "natural" la expoliación de los recursos naturales, la negación del camino y del interés propio, incluso de un capitalismo autóctono. Hoy estamos ante el desafío de recrear nuestras industrias estratégicas, YPF, Gas del Estado, Aerolíneas Argentinas, Somisa, Ferrocarriles argentinos los astilleros, Afne, las Fábricas Militares, Minas, entre otras, y todo el importante aparato productivo conexo. Contamos para ello con la experiencia de los hombres que las impulsaron y que hoy, al final de sus vidas, sienten inalterado el mandato de una Argentina productiva e independiente. Tenemos otra vez la oportunidad de pararnos dignamente, empezar a desarrollar nuestras industrias estratégicas y su entramado industrial con la organización un sistema económico que nos convenga.
Ing., integrante de Central de Entidades Empresarias Nacionales; IESO, Instituto de Energía Scalabrini Ortiz. Profesor FIUBA, Facultad de Ingeniería de la UBA