El titular del Palacio de Hacienda encabezó ayer el cierre de la primera jornada de la 17º Conferencia anual de la Unión Industrial Argentina (UIA).
Previo a su exposición, la presidenta del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Mercedes Marcó del Pont, disertó en el panel "Crisis internacional: situación y perspectivas. El rol de los países en desarrollo en el G-20", junto al embajador en los Estados Unidos, Alfredo Chiaradía; y al vicepresidente de la UIA y representante empresarial en el B-20, Federico Nicholson.
Con respecto a las respuestas que aplican los países desarrollados ante la actual crisis internacional, Boudou indicó que los problemas económicos responden a una "falta de liderazgo político" y advirtió que, "cuando la política de la no política gana terreno, se toman decisiones que golpean al conjunto de la población".
"La sustentabilidad económica requiere como condición de la sustentabilidad social y política", dijo el funcionario y subrayó, en ese sentido, la política de desendeudamiento de la Argentina que, en los últimos años, adquirió distintos instrumentos económicos, tales como la renegociación de la deuda con una importanter quita, la cancelación de la deuda con el FMI y el pago con reservas internacionales del BCRA.
Expresó que “no es que ahora el país `tiene una oportunidad`, sino que hemos construido una oportunidad de manera colectiva"; y enfatizó que "la mejora en la distribución del ingreso no es sólo un valor moral, sino también un instrumento económico". "¿Qué sentido tiene un capitalismo sin consumidores?", remarcó.
Destacó, entonces, que "es la primera vez en 60 años que Argentina tiene la posibilidad de romper con un proceso pendular de crecimiento", y afirmó que el "mercado interno es el principal impulsor de la demanda necesaria para que los procesos industriales puedan sostenerse en el tiempo".
"Agregar valor en origen es la verdadera herramienta que va a permitir hacer sustentable los logros de los últimos años", finalizó.
En tanto, Marcó del Pont también remarcó el "impacto adverso" de las políticas que están aplicando los países desarrollados, que "no apuntan a resolver sus causas".
"La crisis actual es más que una crisis de mala regulación", dijo y explicó que responde a un proceso capitalista de valorización financiera, que produjo un "creciente divorcio entre la esfera productivva y la financiera".
La funcionaria señaló que en esta fase del capitalismo, que se inició en la década del 80´, "el trabajo fue perdiendo el rol fundamental de ser el motor del crecimiento económico". Como contrapartida, se da una "disminución de la capacidad de la demanda que es cubierta por un mayor endeudamiento".
Aseguró que "las recetas que aplican los países dearrollados van a profundizar este proceso" y, por lo tanto, que "el mundo va a seguir creciendo a dos velocidades".
Enfatizó que los países emergentes "traccionan" el crecimiento económico mundial y resaltó que crecen "a partir de su demanda interna".
"Argentina lidera el crecimiento en la región y ha logrado compatibilizar crecimiento en términos de inclusión social y equidad", dijo.
Asimismo advirtió la necesidad de regular el flujo de capital especulativo de corto plazo, ya que "viene de la mano de la apreciación cambiaria".
Señaló que las reservas internacionales son genuinas y explicó que "caen porque estamos pagando compromisos de deuda externa, lo que permite tener mayor capacidad de maniobra en la política cambiaria".
Así, Marcó del Pont defendió el régimen de flotación cambiaria administrada y afirmó que "busca evitar fluctuaciones y mantener la competitividad".
"Tenemos una política que privilegia el sostenimiento del tipo de cambio como variable fundamental evitando fuertes volatilidades en el mercado cambiario, y se advierte que el tipo de cambio sigue siendo competitivo en términos bilaterales y multilaterales", concluyó.