Un análisis del presente y la necesidad de construir una nueva conducción para el peronismo
No voy en este texto a ahondar en el análisis sobre por qué perdimos o cómo llegamos hasta acá. Para quienes quieran profundizar en este análisis, tenemos a disposición documentos publicados por el MUP y por otros analistas que expresan claramente lo que nos pasó en estos 4 años.
Considero que lo fundamental para nuestra organización y para el país será analizar con pericia y claridad la etapa que se abre y definir con precisión los pasos a seguir. Para ello vamos a abrir una serie de debates, encuentros, reuniones e intercambio de documentos para que todos los militantes puedan expresarse, dar su punto de vista y aportar su granito de arena a la construcción de una propuesta política.
Debemos tener en cuenta de que se avecina un momento muy complicado. Si Milei llegara a hacer solo el 50% de lo que dice que va a hacer las consecuencias económicas y sociales van a ser catastróficas. La devaluación del tipo de cambio, la apertura indiscriminada de las exportaciones, la eliminación de subsidios y el fin de la política de precios acordados va a traer una inflación muy alta durante diciembre, enero y febrero.
A su vez, la paralización de la obra pública y el enfriamiento de la economía van a traer aparejados varios meses de recesión, aumento de la desocupación y salarios a la baja. El impacto en los grandes centros urbanos se va a notar y mucho.
El aumento de la criminalidad va a ser muy grande y las provincias no tienen cómo hacer frente a esa nueva realidad: El sistema de justicia no tiene la estructura suficiente ni hay plazas carcelarias para la nueva realidad.
El sistema sanitario vivirá una situación similar: la pérdida de trabajos formales combinado con la suba del costo de la medicina prepaga empujará a una franja de clase obrera y clase media que hoy utiliza el sistema privado de salud al sistema público, que de por sí está colapsado, sin insumos y con faltante de recursos humanos.
El mismo fenómeno de migración del sistema privado al público ocurrirá en el ámbito educativo. Por más chico que sea el segmento que abandone la escuela privada para redirigirse a la pública, esta carece de las vacantes, por lo que en marzo podremos ver este problema como adicional a todos los otros.
También debemos prestar especial atención al problema de los salarios de las administraciones públicas provinciales. Estatales, docentes y policías van a sufrir, al igual que toda la población, una pérdida significativa de su poder adquisitivo. Esto naturalmente redundará en un deterioro de la calidad de los servicios que prestan los estados provinciales y asistiremos a una alta conflictividad.
Todo esto sin entrar aún en el análisis sobre el plan de privatizaciones de las empresas del Estado ni el industricidio pyme que se proyecta sobre los sectores menos competitivos e hiper protegidos.
Ante este escenario se multiplicarán las luchas sindicales, sociales y culturales. Los “caidos del sistema” como los llamó Milei no se van a quedar con los brazos cruzados a mirar cómo se derrumban sus vidas. En ese plano el nuevo presidente propone y promete represión, y habrá que ver cuán dura es esa represión y cuales son las consecuencias sociales de la misma. Ya sabemos que los que piden palos son los mismos que después se horrorizan cuando la represión cobra sus víctimas.
Todo este panorama, bastante desolador, va a multiplicar el desconcierto y pondrá a crujir las estructuras políticas. Obviamente que los responsables de la destrucción del peronismo, quienes lo han conducido los últimos 15 años y lo han arrastrado derrota tras derrota, van a tratar de que no se discuta su responsabilidad en este desastre.
Con la excusa de que “el enemigo es Milei” y que “la gente está sufriendo”, van a volver a hablarnos de unidad. Una unidad que pretenden sea la continuidad de ellos al frente del Partido, de los lugares institucionales que le corresponden a la oposición y de todos los resortes políticos, económicos e institucionales que les permitan mantener el status quo actual.
Por el contrario, nosotros debemos ser muy claros respecto de lo que esperamos para el peronismo: una renovación de ideas y de personas.
En el plano de las ideas, un peronismo que vuelva a poner el trabajo y la producción como ejes vertebradores de toda política pública y el orden social como método y el desarrollo nacional como bandera.
En el plano de las personas, está más que claro que es necesaria una nueva conducción política y partidaria. Sin embargo no se trata de “sacar a los que están” y reemplazarlos por otros dirigentes, sino de fomentar un profundo debate a lo largo y ancho de la Argentina para que vayan surgiendo nuevas representaciones sociales, sectoriales, políticas y partidarias.
En los próximos días debemos actuar con prudencia. El pueblo votó masivamente a Milei, o lo que es peor, votó masivamente en contra nuestra. Nosotros sabemos que el desencanto comenzará a producirse poco a poco y se contagiará como efecto dominó; sin embargo hoy una parte importante de nuestra gente tiene esperanza y sería absurdo, antipopular y contraproducente combatir contra la esperanza.
Evitemos todo tipo de declaraciones tremendistas, de insultos a los votantes de Milei, de declaraciones precipitadas. Tiempo al tiempo. Utilicemos ese tiempo para preparar nuestro Movimiento para lo que viene y actuemos con suma responsabilidad.
No tengo dudas de que se cierra una etapa en el peronismo y se abre otra en la que podemos ser protagonistas. De nosotros depende.
Federico Martelli
Secretario General
Movimiento de Unidad Popular